El pasado domingo 21 de febrero tuvo lugar una nueva edición de la Hard Running en Paracuellos del Jarama, que traía algunas mejoras respecto a la pasada edición. Desde la organización se habían incluido nuevos obstáculos que crearon altas expectativas en los participantes.
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Lo primero que nos llamó la atención desde la llegada al recinto fue la música, muy motivadora en los momentos previos a la carrera. Hubo algo de cola para recoger los dorsales pero poco a poco se fue disolviendo.
En la tanda élite nos juntamos más de 100 participantes, algo excesivo bajo nuestro punto de vista. En efecto, así fue, en el primer obstáculo (muro inclinado con cuerdas) ya se formó la primera aglomeración. Seguimos corriendo para llegar a unas paralelas donde no hubo que esperar mucho, aun así iba lenta la circulación.
El circuito tenía un desnivel muy favorable para manejar ritmos altos en las partes llanas pero también contaba con algunos repechos que te hacían sentir el cansancio de las piernas.

Continuamos con un muro inclinado muy facilito y llega el tobogán. Un obstáculo que siempre es de agradecer, pero que en este caso vimos algo peligroso, ya que no había ninguna delimitación en los laterales y era relativamente sencillo salirse de él. Vino bien un chapuzón en agua gélida justo antes de llegar a un obstáculo muy divertido al que nunca nos habíamos enfrentado.
Se trataba de 3 muros inclinados seguidos con una barra de hierro en lo alto de cada uno a la que había que agarrarse al saltar de uno a otro.
Problemas de seguridad
Después de unas cuantas subidas y bajadas llegamos al obstáculo si cabe más polémico: las monkey bars. Estaban hechas de hierro pulido (como los columpios de los niños) y veníamos directos del chapuzón, por lo que estaban muy resbaladizas. Numerosos corredores élite se cayeron, algunos decidieron repetir y otros optaron por quitarse la pulsera élite y pasar a la clasificación popular para no esperar la larga cola que se generó en este obstáculo. En la tanda amateur hubo algún que otro accidente extra, se hubiese minimizado ese riesgo si se hubiesen protegido las estructuras metálicas y el suelo.
Disfrutando en el fantástico Platinum Rig de Hard Running
La prueba estrella que más nos gustó fue el «Platinum Rig» marca de la casa, que consistía en una barra de hierro suspendida por cadenas que había que pasar lateralmente, una red que teníamos que sortear por la parte inferior y una secuencia de monkey bar, anilla para el pie y anilla para la mano, todo esto sin tocar el suelo.
Seguimos subiendo y bajando repechos y llegamos al obstáculo de carga. La distancia nos pareció muy apropiada porque no se hizo eternamente larga pero sí que daba tiempo a que las piernas notaran la fatiga. Justo al terminar nos encontramos con el repecho más duro de toda la prueba que dejaba sin aliento a todos los participantes, y para ponerle la guinda al pastel había que reptar por la alambrada nada más llegar a la cima.
El penúltimo obstáculo fue una especie de muro diseñado para escaladores para culminar con el temido Everest.
Nuestra opinión sobre esta Hard Running: Imaginación que se agradece mucho, detalles importantes que faltan
Como balance general de la prueba, nos parece que la organización puso mucho empeño e ilusión en el desarrollo de la misma, se nota que tienen ganas de innovar y que siempre incluyen cosas nuevas en cada edición.
En contrapartida, hay que mejorar el tema de las aglomeraciones y la seguridad de algunos obstáculos, como las monkey bars, o el tobogán, planteándolos de otra manera o complementándolos con un par de elementos sencillos que aportasen confianza al corredor menos experimentado.
Han corregido errores de las pasadas que es algo que no pueden decir otras carreras. Han intentado ofrecer una experiencia nueva en un mundo en el que parece estar todo inventado.
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