ESPÍRITU INVENCIBLE. TOMA LA ACCIÓN PARA CREAR HÁBITOS.
Creces practicando en silencio con el objetivo de ganar y ser perseverante hasta que lo hayas conseguido. Ganar cada batalla no es cuestión de tu estado físico en el que te encuentres, cada victoria está determinada por tu mente y como la estés preparando antes de entrar al campo de batalla.
Tu batalla es única y es distinta a la mía, pero es lo suficientemente importante como para que te enfrentes a ella. Simplemente tienes que estar dispuesto, tienes que imaginarlo, creerlo e ir a por ello. Te voy a hablar del término grit. Grit está determinado en tu cabeza, la condición física no entra juego.Estar anclado a un plan de entrenamiento es lo suficientemente importante para llegar a tu objetivo. Tu plan, va a marcar el ritmo de la batalla. Entorno a este plan va a girar tu alimentación, tu forma de vida, cada respiro, tus horas de descanso. Sabes que necesitas una actitud positiva para enfrentarte a ella y estás preparado/a porque tienes lo más importante: espíritu con corazón guerrero.
Crea hábitos: los hábitos nos definen. Son pequeñas acciones que tomamos en cada paso que damos en nuestro día a día. Te recomiendo que empieces por anclarte a estos tres hábitos: disciplina, determinación y conducción. Disciplina es el hábito del día a día en el campo de batalla, para ello, tienes que salir de tu zona de comfort. La conducción es la motivación detrás de las acciones de tu disciplina. Está llena de deseo, creencias y expectativas que puedes lograr. Está dentro de ti y es tu principal objetivo en el campo de juego. Por último, la determinación es la fuerza de continuar, de seguir despierto cuando todo el mundo se ha dado por vencido. Es la capacidad que tienes para correr un kilómetro más cuando tu cuerpo no está respondiendo.
Son mucho más que palabras, por fin estás creando un estilo de vida que te lleva a la victoria antes de entrar en ese campo de batalla. Una vez hayamos creado esos hábitos, estaremos empezando a desarrollar el corazón guerrero a través del trabajo duro, de las experiencias y de estar en constantes situaciones donde llevemos nuestra mente al límite. Esto va a conducirte a la mejor versión de ti mismo.
«Somos lo que hacemos constantemente. Excelencia entonces, no es una acción sino un hábito» – Aristóteles
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